¿Qué nos pasa?, rectifico, ¡qué coño nos pasa!
Cuando todo va bien, tenemos la profunda necesidad de que algo vaya mal, sino qué, paranoias, todo demasiado bonito para ser verdad. Estoy harta de ver como la gente no disfruta de esos momentos de felicidad, de máximo placer, porque en su interior temen que llegue el fin, nos horroriza sufrir. Nos quejamos cuando todo va mal, pero también cuando va genial. ¿Qué queremos pues?
Creo que lo mejor en estos casos es dejarse llevar, disfrutar de lo bueno, de lo malo, también de lo magnífico y reír de lo terrible. Vivir, solo eso debe preocuparnos, y mientras lo hagamos, apaguemos la vocecita que en nuestro interior trata de infravalorar nuestros momentos más entrañables: pequeños logros, pasar tiempo con nuestros buenos amigos, un buen polvo, o sin más, un momento de relax con nosotras mismas...